un espacio de intercambios

25 septiembre 2011

Un arte nuevo-Falun Dafa

Una nueva manera de pensar el arte, desde lo más profundo, desde el corazón.

Algo más que colores


El museo Malba aprovecha su X aniversario para mostrarnos no solo un resumen de sus años de exposición sino también saca provecho de dicha situación para darnos a conocer un artista. un artista talvez no tan conocido, Carlos Cruz-Diez, un maetsro venezolano. Un artista reconocido por su influencia en el "op art", arte óptico. Su amplia colección muestra no solo un profundo estudio del color desde el espacio y el tiempo, sino también una importancia por recrear un espacio en el que la obra y el observador interactuén, un espacio donde todos podamos disfrutar del arte.
Como resultado de dicho objetivo nos vemos frente a obras donde el color y el movimiento son sinónimos, donde el observador es parte de la obra y que muestra que el entorno de la obra es parte de ésta. Al ser Carlos Cruz-Diez un artista que continuamente busca experimentar y compartir, se ha vinculado fuertemente a la arquitectura, el urbanismo y el diseño industrial. Este conocido artista nos hace recordar a Josef Albers conocido artista, fotógrafo, pintor, tipógrafo y poeta aunque fuertemente recordado como pintor abstracto y por su aporte a la teoría de la forma y el color.
Las obras de Cruz-Diez  al ser considerado un artista cinético le restan importancia a su elección del color como base de la obra, cuando en realidad era lo más importante de ésta. Carlos nos da otra mirada, una manera de concibir el arte desde una sola cosa; se podría concluir que solo una cosa es la más importante para el al comenzar todas sus obras.
Para finalizar dejo un video sobre Carlos Cruz-Diez, su manera de pensar, su forma de crear arte.

18 septiembre 2011

Una colección que sorprende

MUSEO DE ARTE DECORATIVO


Este museo era la residencia de la familia formada por Josefina de Alvear y su esposo Matías Errázuriz Ortúzar.


Actualmente tiene una colección permanente compuesta por donaciones y la ex colección de los Errázuriz. En ésta podemos observar no solamente los muebles, sino también piezas de pintura, tapices y porcelana de la época en la que habitaron esta residencia. Por último y no por eso menos importante, cabe resaltar la arquitectura de este palacio. Palacio diseñado en 1911, por el arquitecto francés René Sergent, quien dirigió la obra venir nunca a Buenos Aires. Este palacio es de estilo academicista francés, con jardines integrados a los salones de la casa, diseñados por el paisajista Achille Duchêne.

En la colección temporal pudimos apreciar las "Acróteras Griegas del S. XIX". En esa colección hay fragmentos ornamentales que fueron parte de la arquietctura griega de dicha época. Estos ornamentos fueron realizados para coronar edificios y viviendas, daban una visión de importancia y estética. Las acróteras son zócalosque sostienen los adornos, dispuestos en el vértice o sobre las extremidades de un frontón. dependiendo de la época de su realización se utilizan distintos materiales como por ejemplo la piedra, la terracota, el plástico y otros. Los ornamentos que encontramos al ser del periódo arcaico eran realizados con materiales como la arcilla, vaciados en moldes de terracota; a diferencia de los periódos anteriores donde dichos elementos eran realizados de materiales tales como el mármol. En los distintos ornamentos se puede apreciar la preferencia por la naturaleza, ya que usan la palmeta como base para la gran mayoría de sus ornamentos. En ciertas piezas hacen variaciones integrando la imagen de un dios o una mascarilla antropomórfica en su centro.

Es una colección que a simple vista pareciera ser toda igual, pero al involucrarse en su historia y sus usos se llega a la conclusión de que es sumamente rica.   

15 septiembre 2011

CADA RINCÓN DE BUENOS AIRES









WEAR SUNSCREEN-USA PROTECTOR SOLAR

Lo esencial es invisible a los ojos

El personaje de Saint Exupery declaraba en El Principito que "Lo esencial es invisible a los ojos". Hablaba por supuesto de aquello que es oscuro a la razón. Pero la ciencia moderna sabe que esas palabras tienen un fondo de verdad. Durante mucho tiempo se pensó que el universo visible tenía su razón absoluta de ser, en el sentido de que todo lo visible estaba diseñado por el Creador para el hombre. No tenía razón de ser aquello que no podía visualizarse. Así cuando Galileo descubrió con su telescopio los satelites de Júpiter, que estaban claramente en el cielo aunque no pudieran observarse a simple vista, el suceso marca con claridad uno de los hitos iniciales de la ciencia moderna.
Nuestra visión del mundo se debe a un simple paso de la evolución. Muy cerca de nosotros, la estrella llamada Sol transforma cada segundo dos millones de toneladas de hidrógeno. El resultado de esa alquimia es una enorme cantidad de energía que inicia su camino desde el centro hacia la superficie de la estrella.
En el centro del Sol la temperatura alcanza los quince millones de grados. Pero cuando la radiación llega a la superficie, las múltiples colisiones de los fotones han reducido su energía lo suficiente para que la superficie del Sol alcance unos seis mil grados. Una bola de gas incandescente a esa temperatura tiene un máximo de emisión en la longitud de onda que corresponde al amarillo.
Asi pues que cuando los organismos vivos en la atmósfera de la Tierra evolucionaron del mar a la superficie y se adaptaron para vivir a la luz del Sol, aquellos que desarrollaron naturalmente su visión diurna especialmente hacia las longitudes de onda a las que el Sol emite mas abundantemente. Y a eso lo denominaron luz visible.
La curiosidad del hombre lo llevo a preguntarse sobre la naturaleza de la luz visible. Los griegos tenian su opinión formada. Por ejemplo, Demócrito (con su escuela de atomistas) y Platón, explicaban que la visión ocurría cuando partículas emitidas por los objetos que llegaban hasta los ojos. Aristóteles creía en una interacción entre el ojo y el objeto visualizado.
Pero los griegos daban mucho valor al pensamiento abstracto. Y el verdadero progreso en la comprensión del mundo se logró cuando se comenzó a aunar la observación de la naturaleza con la experimentación.